Cosmetica sostenible

Los productos de belleza y cuidados también se suman a una corriente que ha demostrado ser una necesidad total.

Numerosos estudios demuestran que la temperatura global del planeta está aumentando, y que es muy probable que en pocos años los termómetros asciendan 0,5 grados en todo el mundo, lo que supondría un auténtico desastre.

Cosmetica sostenible

Los artífices de esto no son ni más ni menos que las personas, las empresas y todas esas prácticas que lanzan gases a la atmósfera, contaminan y dañan el planeta en el que vivimos.

Muchos sectores son conscientes de esto y, en consecuencia, han decidido tomar medidas para acogerse a distintos planes de sostenibilidad.

Cada vez hay más grandes empresas de carácter internacional que deciden cambiar sus políticas para reducir emisiones, acabar con sustancias tóxicas o recurrir a energías renovables como fuente de suministro.

Es algo positivo no solo para el entorno, también para el propio negocio, ya que esta evolución suele traer consigo una notable mejora de la eficiencia energética.

El sector de los cosméticos es uno de los que más está notando este cambio. Aquí el cuidado y la protección no solo miran hacia el entorno y lo que nos rodea, también a los consumidores.

Los compuestos químicos, los ingredientes de todos y cada uno de los productos que fabrican tienen que estar libres de peligro para los clientes de las marcas, al mismo tiempo que sus procesos de fabricación deben liberarse de cualquier carga que dañe al medio ambiente.

De hecho, no son pocas las firmas que abogan por esta creciente rama de la cosmética sostenible. Conocidas marcas como Amapola bio-cosmetics, firma afincada en España (en Segovia para ser exactos), poseen todo un abanico de productos elaborados con ingredientes naturales, procedentes a su vez de cultivos totalmente sostenibles.

Desde estos elementos hasta los recipientes reciclables que usan dejan claro hasta qué punto se han comprometido con el planeta.

Pero no son los únicos. Decíamos que hay numerosas marcas del sector de los cosméticos que se han sumado a esta tendencia que ha llegado para quedarse, y así es. Firmas como Marilou Bio, Kure Bazaar o Rahua también están comprometidas al máximo posible con el entorno.

Una de ellas (Marilou), de hecho, cuenta con el certificado Ecocert, que garantiza la procedencia natural de todos y cada uno de sus componentes, así como una simplificación de los recipientes para disminuir sus dimensiones.

Todos estos son nombres de marcas que actualmente han conseguido un gran hito, algunas incluso desde su fundación, al abogar por este cambio. No obstante, hay más que siguen en proceso de transición porque tienen unas metas más grandes por asumir.

La británica Ren Clean Skincare, una de las pioneras en el cuidado de la piel, ha asumido el importante reto de reducir por completo sus residuos hasta anularlos, algo que están notando sobre todo en la elaboración del packaging.

Porque no es solo una cuestión de abogar por componentes naturales, ni tampoco de cambiar las cadenas de fabricación y sus fuentes energéticas.

El lugar donde viene envuelto el producto también importa, de ahí que Marilou Bio, por ejemplo, abogue por su reducción de tamaño y la firma británica esté haciendo que sea completamente reciclable.

Todas estas marcas, y otras muchas que podemos encontrar en cualquier establecimiento especializado, han demostrado que, en efecto, se pueden cambiar las políticas para restar en lugar de sumar.

Restan emisiones, restan gastos, restan consumo para sumar en cuidados tanto a las personas como a los animales y al entorno. Es un compromiso global que las empresas ya están asimilando, sin importar el sector al que pertenezcan.